La civilización nació mucho antes que los faraones. Arranca en la prehistoria y tuvo un desarrollo lento y grandioso que la llevó a desempeñar un papel primordial en la historia de la humanidad.
Hacia la mitad del milenio VI a.C., las comunidades nómadas que vivían en Egipto empezaron a recibir las influencias de grupo neolíticos procedentes de Asia, los cuales introdujeron la agricultura y el pastoreo.
Los primeros grupos sedentarios se establecieron en el Delta del Nilo -Merinda, el -Omari- y en los oasis del El Fayum; en esta época del Bajo Egipto conoció un excepcional desarrollo que condujo a que, en la mitad del milenio V a.C., surgieran los primeros asentamientos urbanos.
También se desarrollaron prospecciones de recursos mineros -especialmente de oro- en Medio y Alto Egipto por parte de grupos colonos que adoraban a Osiris y Horus.
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