Alejandro Magno, rey de Macedonia, consiguió derrotar en tres años al ejército persa conducido por Darío III Codomano y obtener el control de su amplio imperio. En Egipto fue recibido como un libertador, en el 332 a.C., cuando fue a interrogar al oráculo en el Templo Amón en Siwa y allí fue reconocido como hijo de Zeus-Amón y año siguiente fundó Alejandría, destinada a convertirse en la Nueva Capital de Egipto y cuna de la Cultura HHelenística. Precisamente en esta ciudad se cree que fue enterrado en una tumba preparada por su general Ptolomeo, el futuro Rey de Egipto Ptolomeo I.
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